Es asombrosa la cantidad de gente que, abusando de la tracción sobre las dragoneras, maneja sus bastones con las manos abiertas, sin agarrarlos en ningún momento. Si repasamos los videos de las competiciones, veremos que no exagero. Me pregunto cómo no tenemos más accidentes con esta práctica y, sobre todo, dónde están los árbitros, ya que el reglamento, por una vez y sin que sirva de precedente, es bien claro en su artículo 5.3 “El bastón debe clavarse asiendo firmemente la empuñadura...” aunque yo habría utilizado el término “agarrar”, que según nuestro diccionario es “asir fuertemente”.
En mis cursos de iniciación hago fuerte hincapié en este asunto, corrigiendo a quienes sujetan el bastón de forma pusilánime mientras éste toma contacto con el suelo. En la marcha nórdica, repito siempre a mis alumnos, sólo hay “dos pecados capitales”: no apoyar el bastón por detrás del pie adelantado, cuando nos queremos impulsar, y no agarrar firmemente el bastón en el momento de clavar. Vamos a fijarnos hoy en este extremo y trataremos de analizar los porqués de este, para mí, esencial requisito.
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Control del bastón. Tenemos que clavar el bastón en el lugar preciso que queramos. De no hacerlo así, podemos encontrarnos con una piedra, rama u otro obstáculo que desplace el bastón, cruzándolo en nuestro camino, o en el camino de alguien que marcha a nuestro lado, provocando uno de los pocos accidentes que he observado en la marcha nórdica.
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Limitación de vibraciones. Durante su toma de contacto con el suelo, el bastón vibra y, mientras duran esas vibraciones, la punta del bastón no está definitivamente asentada sobre el terreno. Agarrando la empuñadura con firmeza limitamos ese tiempo de vibración y conseguimos fijar rápidamente el bastón en el suelo para iniciar y completar el empuje sobre el mismo de forma continuada y segura.
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Inicio de la impulsión. Si apoyamos sobre el suelo con el bastón firmemente agarrado, notaremos el impulso adelante desde el primer momento.
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Ejercicio de flexores de dedos. Al agarrar firmemente para clavar estamos trabajando intensamente todos los músculos flexores de los dedos. En cada mano tenemos 23 articulaciones, con sus correspondientes tendones, músculos y ligamentos, que es necesario trabajar. Si defendemos que la marcha nórdica mueve el 90% de los músculos y articulaciones de nuestro cuerpo, no podemos olvidar las manos.
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Bombeo de retorno. Cada vez que apretamos la empuñadura de nuestro bastón estamos favoreciendo la circulación de retorno de toda la extremidad superior. La tensión en los músculos de la mano y el antebrazo fuerza el retorno de linfa y sangre al torrente circulatorio general. Más líquidos transportando oxigeno y evacuando las materias de deshecho de la combustión muscular, que se traduce en un mejor funcionamiento de todo nuestro organismo.
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Menos manos dormidas. Si se te duermen las manos haciendo marcha nórdica, posiblemente eres de los que no agarran la empuñadura con firmeza para clavar, ya que si lo haces regularmente, la circulación se activa en toda la extremidad superior.
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Mejor coordinación de la técnica diagonal. Observando videos de nordimarchadores podemos ver que hay muchos que, al adelantar el brazo para clavar, llevan el bastón casi horizontal. Evidentemente esto es porque no están agarrando la empuñadura del bastón, por lo que se suele observar que el talón entra en contacto con el suelo mientras que la punta del bastón todavía está en el aire. Es decir, que no coinciden las tomas de contacto de pie y bastón, lo que supone una mala ejecución de la técnica diagonal “que consiste en el apoyo en todo momento de cada bastón en acción con el pie contrario”, según el reglamento de la FEDME.
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Favorece la “suelta” del bastón. La mayoría de los instructores de marcha nórdica hacen un mundo del abrir y cerrar las manos, hasta tal punto que vemos a muchos nuevos nordimarchadores que, obsesionados con esto, abren y cierran las manos a destiempo, lo que, según hemos visto, puede ser fatal si llegan a clavar con la empuñadura suelta, sobre un obstáculo que varíe la trayectoria del bastón, cruzándolo en el camino de un marchador. En lugar de ello, yo aconsejo que se insista en agarrar fuerte para clavar porque, aparte de todo lo dicho en los puntos anteriores, cuanto más apretemos una empuñadura, más fácil será que la mano se afloje a continuación (mientras apretamos con la otra), justo en el momento en que la impulsión sobre el bastón pasa de la tracción sobre la empuñadura, al empuje sobre la dragonera. La experiencia me ha demostrado que este camino conduce a la tecnica diagonal de forma más fácil y segura.
Como ya he dicho, no es este un asunto baladí a la hora de aprender a manejar los bastones de manera que obtengamos el máximo beneficio de su uso, tanto en términos de salud como de eficacia en el desplazamiento, que en esto consiste, para mi, la marcha nórdica.
Pues ya sabes, saca los bastones del paragüero y agarra fuerte para clavar. Ya me dirás cómo te va.
Jose Antonio Pérez, " Piri " para los amigos.
Profesor de educación física, instructor de marcha nórdica diplomado por FENWA, FITTREK y la FMRM, practicando marcha nórdica desde el 2006, impartiendo cursos en Madrid desde el 2007.